Quién es:
Árbol poderoso, originario de los Balcanes. Está aclimatado y ampliamente cultivado en todas las regiones templadas del planeta.
Cómo es:
Es un árbol caduco de gran porte, que puede alcanzar los 30 m de altura. Posee un tronco erecto que desarrolla numerosas ramas. Las hojas son grandes y opuestas, con largo peciolo, que pueden medir hasta 25 cm de longitud. Las flores son blancas con manchas amarillas y rojas, dispuestas en panículas piramidales. El fruto es “la castaña de indias”, no comestible, de color pardo rojizo con una notable marca clara o blanquecina en su base.
Qué le gusta:
Los suelos húmedos y bien drenados. Resiste el frío y la contaminación y también los suelos calizos, siempre que tengan buen drenaje.
Qué odia:
La aridez del suelo y el encharcamiento. Las exposiciones extremadamente soleadas queman sus hojas.
En qué suelo le gusta vivir:
En el que es fresco, suelto, profundo, húmedo y algo fértil.
Y en el jardín:
Se puede usar aislado, en grupos o en alineaciones, siempre y cuando se respeten los marcos de plantación (6 m como mínimo), ya que es un árbol de gran porte. Por lo anterior, no es apto para jardines pequeños. Su coloración otoñal y su floración son espectaculares.
Algo curioso:
Su corteza tiene efectos astringentes, vasoconstrictores y antitérmicos y las semillas son descongestionantes. Sus semillas son tóxicas consumidas directamente. Su madera es suave y poco resistente, por lo que no es muy apreciada en carpintería, aunque sirve para hacer estanterías donde se guardan frutas y verduras, ya que puede absorber el moho, lo que favorece la conservación de estos alimentos.