Quién es:
Es un árbol de porte medio-bajo, originario de la zona de montaña baja, pedregosa y pobre del Este de China. Naturalizado en Corea y Japón. Se le conoce habitualmente como árbol de los farolillos.
Cómo es:
Es un árbol pequeño, de hojas caducas, con copa en forma de cúpula. Tiene hojas compuestas, con un margen profundamente dentado. Florece de forma vistosa, formando una panícula piramidal terminal de hasta 35 cms, flores de 1 cm y de color amarillo. Los frutos se alojan en cápsulas cónicas de 4.5 cms, con 3 valvas de color marrón claro en otoño y que persisten durante el invierno, de ahí el nombre de árbol de los farolillos. Las semillas redondas y de color marrón oscuro se alojan en su interior.
Qué le gusta:
Un buen tutor cuando es joven, ya que de otra manera, su tronco no crecerá recto. Le gustan las exposiciones soleadas, resiste a la sequía y a la contaminación.
Qué odia:
El viento fuerte, la humedad y las podas fuertes, debido a su madera débil y poco resistente.
En qué suelo le gusta vivir:
En los profundos y arenosos. Tolera los calizos.
Y en el jardín:
Especialmente indicado para jardines paisajistas, proporciona un agradable impacto cromático con su floración en los meses estivales. Es decorativo por la elegancia de sus hojas, el color de sus flores, la persistencia de sus frutos (todo el invierno en el árbol), su brotación de color rojizo y la coloración otoñal amarilla.
Algo curioso:
De las flores se obtiene un tinte amarillo, y de las hojas uno negro. Las semillas, sobre todo en China, se consumen tostadas, y las hojas y los brotes jóvenes cocinados. Las flores, en decocción, se han utilizado para el lavado de los ojos.